Un maestro de la palabra escrita y un refinado
maestro de la narrativa, lo califica el Doctor Homero Cabrera Díaz. Afirmación
con la que estoy completamente de acuerdo.

Una lección de humanismo y teosofía, hábilmente
elaborada, que viene siendo una especie de introducción al estudio de esos
temas esotéricos, misteriosos, de los que despiertan curiosidad y se les huye,
por ser casi prohibidos y censurados desde la religión y educación tradicional,
lo que les ha obligado a ser tratados con clandestinidad, reservado a ciertas
mentes selectas; y por los que se les ha perseguido, torturado y asesinado a lo
largo de la historia.
La obra, lo mismo que las otras de su autoría y
que le confieso que estoy pendientes de leer, son dignas de ser editadas a
nivel hispanoamericano. No tengo ninguna duda que Alfaguara u otra editorial,
pondrán a su disposición sus imprentas para que estas obras lleguen a más
público latinoamericano; e incluso podrían traducirse a otros idiomas, para
mayor difusión.

Le animo a seguir adelante y a que siga haciendo
patria a través de las letras.
Un abrazo.
Atte.
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