sábado, 7 de enero de 2017

Sergio Flores: Los actos de la guerrilla o del ejército han quedado reducidos a recuerdos.



Sergio Flores: Los actos de la guerrilla o del ejército han quedado reducidos a recuerdos.

Por Luis Antonio Chávez
Escritor y periodista salvadoreño 
Suplemento Tres Mil , Diario Colatino


Sergio Alfredo Flores Acevedo es originario de Santa Clara, Municipio de San Vicente, es abogado graduado de la Universidad de El Salvador. En 2011 fue galardonado por el Centro Nacional de Registro con el premio “Ingenio 2011” tras participar en un concurso literario con su novela La Cofradía del anillo, texto de Novela Negra. Sergio Alfredo, además ha escrito cuatro novelas más: El Feudo, El violín de Justo Armas, El Último camarada y Desde el centro de la penumbra. Una de las características de sus escritos es que balancea lo político, lo policíaco, lo conspirativo… sin mostrarse timorato, pues en ocasiones se deja de decir algo por temor a la crítica mal sana que busca destruir, pero no apoyar a quienes como él hacen esfuerzos económicos para poder dar a conocer lo que les apasiona. Lo cual no nos sorprende pues ese debería ser el norte de quienes nos movemos en la literatura. Estas son sus apreciaciones acerca de cómo se ve el tinglado literario nacional:
P-¿Qué te mueve a escribir?
R-Podría decir que es como la culminación de todo un proceso de experiencias muy importantes en mi vida, combinado (esto) con un placentero proceso de lectura de un buen número de libros, en los que se incluyen novelas clásicas de lectura obligada, como la Divina Comedia, El Quijote, El Conde de Montecristo, Crimen y Castigo etcétera, incluyo la herencia filosófica de las grandes civilizaciones (Egipcia, Maya, Griega etc.), hasta la lectura de la novela policiaca conocida como la Novela Negra. En este género me volqué de cabeza con Agatha Christie, Sir Arthur Conan Doyle, realmente me afectaron grandemente. El Escarabajo de Oro de Edgar Allan Poe, lo leí como veinte veces, y, aún así no salía del asombro de como el gran Poe logró crear esa poderosa historia. Estoy seguro que, si tuviera la oportunidad de volverla a leer, lo volvería hacer con el mismo placer, para contemplar con mucho respeto la grandiosidad de ese intelecto inventivo. Pero también es importante mencionar que me movió a escribir el haber entendido cómo se lograban hilvanar los diversos acontecimientos en una historia, esa capacidad sólo lo da la lectura apasionada, utilizando para ello la imaginación inventiva, en la que la mente entra en un estado de contemplación de todos los acontecimientos, de tal manera que se vuelve como una gran pantalla de cine en la que sucesivamente van apareciendo escena tras escena la existencia de los personajes, sus  relaciones interpersonales y sus conflictos internos, sin dejar de atender aquellos momentos triviales, que son en definitiva los que dan a la historia el empuje de los momentos decisivos.
P-El tema policíaco con tintes políticos es tu veta, ¿seguirás explotándola?
R-El asunto político es un tema recurrente en la literatura de los pueblos, no por su importancia sustancial en el buen desarrollo de los Estados, sino que aparece como el lamentable estado deplorable en el que se encuentran las cosas. Los partidos políticos de nuestro país mantienen una agenda claramente delineada para defender a los grupos de poder que representan. En público mantienen acalorados enfrentamientos en los medios de comunicación, pero en la intimidad celebran pactos vergonzosos en los que los beneficiarios siempre son las clases dominantes, llámese de izquierda o derecha. Es por eso que creo que es importante ponerlo en relieve. En décadas anteriores nuestros literatos lo hicieron con mucha objetividad. En su tiempo Roque Dalton se volvió una luz en la salvaje oscuridad de la dictadura militar. Dalton diseminó el mensaje de la cruda realidad por medio de su gran aporte a la literatura nacional y latinoamericana. Ahora son otros los actores en la politiquería nacional y estamos dentro de otra etapa histórica que ha superado de manera vertiginosa el tema de la guerra y las aventuras guerrilleras. Hoy la nación se enfrenta a fenómenos nunca vistos y en el que los políticos electoreros de izquierdas y derechas están haciendo su festín, mientras la dignidad nacional se cae pedazo a pedazo. Es por eso que mis obras, aunque están en un estilo muy poco difundido en el país, como es la Novela Negra, retoman de forma definida la deplorable situación en la que nos encontramos, y esto con el objeto de aportar a la creación de la nueva conciencia de nación que debemos ir construyendo para superar de forma efectiva la polarización simulada que mantienen las extremas.
P-En la Cofradía del Anillo muestras admiración por San Romero de América.
R-Monseñor Romero es la voz de la conciencia nacional, ya que por medio de sus elocuentes homilías el mundo conoció que existía un pueblo pequeño, sometido a una terrible situación de crímenes y persecuciones. Las homilías de Monseñor Romero fueron escuchadas después de su muerte, y el impacto de sus develaciones se tornó importante para que la comunidad internacional entendiera el infierno en el que nos encontrábamos y tomar acción para frenar el genocidio. Monseñor Romero es el salvadoreño universal con el que se debe mantener un profundo agradecimiento.
P- En El violín de Justo Armas hablas de tres fuerzas en pugna, entre ellas metes a las pandillas con la policía. ¿Por qué?
R-La situación del país hoy en día es un asunto distinto al escenario de la guerra, y es tan así, que los héroes del conflicto armado ya no son llamativos para el gran conglomerado social. Por otra parte, las historias de los actos heroicos de la guerrilla o del ejército han quedado reducidas a recuerdos que no generan ningún tipo de incidencia en la terrible situación que enfrentamos en la actualidad. Al salvadoreño común le interesa saber qué pandilla domina tal colonia, le interesa estar a salvo de los extorsionistas… Además, está atento a ver como paga mordida para que le hagan algún trámite en alguna institución, pues la corrupción se encuentra rotundamente globalizada. Estamos ante una guerra compleja en donde reina la tiranía de grupos antisociales que imponen su ley dentro de núcleos poblacionales enormes y que tienen jurisdicción para decidir hasta de quien vive y quien muere dentro de sus territorios. Entonces en la novela El violín de Justo Armas realizo un llamado de atención a observar con atención el asunto de los grupos en pugna dentro de esta guerra por dominar territorios, que bien podríamos decir que es una guerra de movimientos, en donde gana el que domina más territorios, entonces la policía tiene su propia lucha en esa encarnecida guerra por dominar territorio.
P-¿Seguirás con tu temática policíaca con tintes políticos?
R- Seguiré en esa línea temática. Por ahora estoy trabajando una novela sobre un tema que concierne a la herencia filosófica y simbólica de una gran institución histórica aquí en el país, en esta novela pongo en escena nuevamente a don Rubén Girón (personaje de la novela El violín de Justo Armas). Creo que este libro estará listo entre febrero y marzo del próximo año. Uno de los componentes de este próximo libro será precisamente el abandono en el que se encuentra la cultura y el arte nacional, lastimosamente los que están al frente de las instituciones promotoras del arte y la cultura están cumpliendo la agenda de la mediocridad de la cúpula partidaria, y vale la pena repetirles el fragmento del poema Patria Exacta de Oswaldo Escobar Velado que dice:
…Y así el mundo ficticio donde cantan
como canarios tísicos,
tres o cuatro poetas,
empleados del Gobierno.
Digan, griten, poetas del alpiste,
digan la verdad que nos asedia…
P-¿Qué motivos tienes para vilipendiar a los políticos de viejo cuño?
R-Sobre los políticos de nuestro país, creo que he sido claro en esta exposición de ideas, del por qué es oportuno señalar sus abusos. En tanto que sobre la novela El Último Camarada, fue un verdadero reto, pues no tenía de dónde agarrarme para hacer un proyecto que tuviera el componente de una investigación policial, pues ese tema es un almácigo de recovecos históricos; sin embargo no quería dejar de escribir sobre semejante barbaridad cometida como siempre contra el pueblo pobre, y en esas masacres las víctimas fueron los indígenas quienes fueron literalmente borrados del mapa social del país y no teniendo una posibilidad con el estilo de la novela policiaca, me apoyé en la técnica epistolar, fue un asunto difícil de realizar, pero he tenido muy buenas opiniones del trabajo.
P- En El Feudo rindes homenaje a Febe Elizabeth Velásquez y Clara Elizabeth Ramírez, ¿qué te movió a hacerlo?
R- Esas mujeres fueron representativas de la lucha sindical y social. Nadie las recuerda, pues realmente no representan las aspiraciones de la “nueva Izquierda”, ya que sus dirigentes están más preocupados en negociar con el oligarca que con los líderes sindicales. Así como estas mujeres hay otras que merecen un reconocimiento por sus decididos aportes al desarrollo de iniciativas encaminadas al bien general del pueblo.
P-Desde el centro de la penumbra no quitas el dedo en el renglón para decirles a los políticos que no invisibilicen a los niños de la calle. ¿No consideras que te puede traer problemas con ese tema? 
R-Los temas que sustento en mis libros son polémicos y podrían acarrear consecuencias, por ejemplo lo que abordo en La Cofradía del Anillo, es un asunto muy delicado aún en este tiempo, pero es necesario darlo a conocer, con respecto a los jóvenes con los que he compartido, éstos han mostrado mucho interés, ya que el libro facilita la compresión de un tema muy delicado y del que nunca se llevó al banquillo de los acusados a los criminales. En el contenido del libro Desde el centro de la penumbra, abordo un asunto monstruoso que es tan actual como las mismas maras. El asunto de los niños de la calle y su incierto futuro se volvió parte del panorama habitual, eso ya no se ve como un problema, sino como una manera de vivir, y es mejor “dejar hacer, dejar pasar”. La novela enmarca no sólo el fenómeno de los niños de la calle, sino el lamentable estado de las relaciones sociales, en donde valen por sobre cualquier cosa la satisfacción egoísta de las necesidades suntuarias. Estamos inmersos en un voraz consumismo que por todos los medios nos educa a que consideremos a los demás como cosas, a los que debemos utilizar para satisfacer las necesidades egocéntricas. La crítica a esa novela ha sido muy satisfactoria, pues retoma de manera adecuada la decadencia moral en la que estamos inmersos. Dicho de otra manera, el sistema corrompido construido por lo politiqueros electoreros, es el lamentable reflejo de cómo se encuentran las relaciones sociales en nuestro país.
P-¿Qué piensas de la novelística actual o de los jóvenes escritores–roba flash?
R-La Novela o la literatura en nuestro país necesitan una nueva reunificación. En el pasado ya ha sucedido, pues las condiciones eran propicias para que se levantaran los grandes movimientos literarios y dieran su respuesta y aporte al fenómeno social que enfrentaron en esos momentos memorables. Hoy estamos ante una situación de nuevo tipo y es urgente crear una nueva generación de literatura crítica y consecuente para aclarar de la misma manera que la que hicieron los poetas y narradores del pasado, los asuntos concernientes a la realidad actual. Las historias de la guerra y sus héroes es un asunto parecido a un chicle que ya perdió sabor, ahora debemos emprender el aporte literario que aclare de una manera artística e intelectual las raíces de esta profunda crisis, por lo que estar esperando la venia del político ignorante o del dueño del medio de comunicación para que publiquen los trabajos, es una falta a la ética literaria, pues esta debe ser original y poderosamente libre.

P-Algún comentario o consejo a quienes quieren incursionar en la novela
R-Para incursionar en el maravilloso mundo de la literatura, debes de ser un devorador de libros, pues la lectura de buenos libros se parece al entrenamiento que realiza un jugador de futbol, el cual se somete al duro entrenamiento para comprender las técnicas de juego. En el caso del lector, los libros lo hacen capaz de hacer análisis, de lograr conclusiones inteligentes, de entender la estructura del género literario que le interesa, etcétera. La lectura es vital para entrarle al mundo de la escritura. Lo anterior va acompañado por la experiencia personal, pues es de donde se nutren los personajes, sus condiciones emotivas, sus enseñanzas morales etcétera. El que escribe también debe tener una gran imaginación, porque si ese recurso no lo tiene desarrollado, no podrá construir los grandes acontecimientos.



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