Nuevamente, se trata de una novela matizada de investigación policial, fiscal, histórica, filosófica, antropológica y de muchos aspectos valiosos del ser humano que vive, convive, existe, se desarrolla, alcanza la plenitud y su esencia; arriba a sus metas, distintas y cada vez más elevadas, hasta llegar a su meta esencial, constituida en el justo equilibrio mente-emoción; lucha-superación; ruta permanente hacia su estado de conciencia.
El argumento principal versa sobre los masones y la masonería, sus valiosos aportes a favor del individuo consciente e inteligente, evolucionado y equilibrado, en armonía tanto de su yo interno, como con su mundo externo, con la naturaleza, con el universo mismo, así como con la sociedad en general.
Mediante sus diálogos y personajes, nos encontramos con verdaderos y fascinantes discursos motivacionales y de superación; con hombres férreos, que hacen de la lucha diaria, el oxígeno vital que los impulsa a la superación constante e infinita. Las plantas y los animales viven; las plantas y los animales sienten; es decir, experimentan sensibilidad; sin embargo, aquellos son animales inferiores; los hombres son seres desarrollados y desarrollándose, que viven, sienten y razonan; por ello, los hombres son iguales a sus razonamientos; vale decir, son los únicos que son capaces de poner en movimiento la facultad especial del hombre que es la razón. No otra cosa nos enseña magistralmente el ahora ya consumado escritor Sergio Alfredo Flores Acevedo, hombre tenaz en el mundo de las letras,
Sin que constituya premonición, el libro en comento viene de buena cuna, su espacio lo tiene garantizado; la voluntad de los lectores, será su mejor premio; su distribución, el mejor reconocimiento a lo que tiene de valioso el libro y el esfuerzo, nada egoísta, que dicha obra literaria representa.
Dr. José Homero Cabrera Díaz
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