Sergio Flores y Aurora Gámez en la biblioteca de La Rocha
Uruguay
con motivo del 15º Encuentro de Poetas y Narradores de las Dos Orillas
y 5º Congreso Americano de Literatura
2016.
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Por AURORA GÁMEZ ENRÍQUEZ, presidenta Grupo ALAS (Autoras Literatura y Artes),
colegiada en ACE-Andalucía y Humanismo
Solidario
Sobre
“El Violín de Justo Armas” de Sergio Flores
Editorial
Escorpión. El Salvador, 2016
“-Don Rubén, antes de revisar fotografías de la
escena, dígame ¿qué quiere decir Abraxas, o qué significado podría tener esa
palabra? -preguntó. “
Novela
de acción, yo diría de acción/reacción, contiene vida y pensamiento sui generis. Sergio Flores ha reflejado,
o quizás creado, un mundo delictivo y violento en el que se desarrolla toda la
novela. Desde luego es apasionante y no deja indiferente a quién la lee, a mí
me ha sobrecogido en algunos momentos abrumado pensar que haya partes de
realidad indudables en todo lo descrito. Personajes agresivos y altamente
entrenados en las armas, traficantes de drogas que poseen el control de las Maras
todo imbricado con pensamientos mágicos sobrenaturales. No falta el personaje
altamente humano, instruido en lo que da en llamar Teosofía que domina el
conocimiento de rituales mágicos. Despliega, sorprendentemente la sabiduría
ancestral tanto en lo referente a la mitología americana como la Cristiana Occidental
e incluye entre sus saberes también la de Oriente. Uno de los personajes, Rubén
Girón, dulcifica con la bondad algunos pasajes, pero no deja respiro al lector
haciendo presente en todo momento los elementos del mal en acción prácticamente
continua.
A lo
largo de la lectura tuve presente otras obras maestras del género llevadas al
cine con reconocimiento universal, me refiero a “Apocalipse Naw 1979” que vi en
Barcelona en estreno. Esta película bélica basada en el guion de “El corazón de
las tinieblas de Heart of Darkness
que a su vez se basó en una novela breve de Joseph Conrad ambientada en África
a finales de siglo XIX y trasladada la acción a la guerra de Vietnam. Ya digo,
la tuve en mente permanentemente, otra cultura, otra guerra, otros continentes
pero el hecho humano sigue latente de manera igual. Los sentimientos ante la
muerte, la maldad, el acoso y la desesperación. Las personas sufren y
sobreviven, o no, a los hechos. Otra impactante película bélica que me dejó, a
mí y a medio mundo marcados, fue y sigue siendo Patom (pelotón en
Hispanoamérica), guion escrito por Oliver Stone sobre la guerra de Vietnam.
Sergio
Flores en El violín de Justo Armas, a través de sus personajes, habla de Los
Mayas, del imperio Azteca salta al Tarot Egipcio, la cultura cristiana y sin
solución de continuidad nos introduce en el pensamiento Oriental para
argumentarnos la búsqueda de un violín que contiene secretos poderes y
hechizos. En esta trama de pensamiento se va desarrollando la acción. El
conocimiento del mundo de las armas, de la guerrilla y del arte de la guerra
queda patente en todo momento. Sergio Flores es conocedor de este mundo y en él
nos va metiendo a lo largo de toda la novela, 197 páginas.
Confieso
haberme agobiado en momentos. No estoy acostumbrada a los entresijos de la
guerra ni me gusta en modo alguno leer sobre el tema. Me asusté bastante de
solo pensar que se pueda vivir con esta incertidumbre alrededor. Quiero pensar
que las personas normales en su país, y en cualquier parte del mundo, pueden
desarrollar una vida sencilla de trabajo y de estudio sin tanta maldad rondando
sobre sus cabezas. La maldad está ahí a
nuestro alrededor siempre, y como dice el mismo Sergio Flores en equilibrio con
las fuerzas del bien. Lo terrible del
caso es que no siempre es decisión personal, una opción, ponerse de parte de la
bondad y la belleza. Las circunstancias pueden envolvernos y martirizarnos
gratuitamente.
Al
término de la novela nos deja con la magia bondadosa de las luciérnagas como
metáfora de un cielo justo y amable. Gracias Sergio por esta licencia poética.
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