Un maestro de la palabra escrita y un refinado
maestro de la narrativa, lo califica el Doctor Homero Cabrera Díaz. Afirmación
con la que estoy completamente de acuerdo.
"El violín de Justo Armas" es una obra cautivadora,
apasionante de principio a fin, exquisitamente trabajada, que obliga al lector
a no despegarse de ella, y en la que los temas periféricos son tanto o más
importantes que el argumento central.
Una lección de humanismo y teosofía, hábilmente
elaborada, que viene siendo una especie de introducción al estudio de esos
temas esotéricos, misteriosos, de los que despiertan curiosidad y se les huye,
por ser casi prohibidos y censurados desde la religión y educación tradicional,
lo que les ha obligado a ser tratados con clandestinidad, reservado a ciertas
mentes selectas; y por los que se les ha perseguido, torturado y asesinado a lo
largo de la historia.
La obra, lo mismo que las otras de su autoría y
que le confieso que estoy pendientes de leer, son dignas de ser editadas a
nivel hispanoamericano. No tengo ninguna duda que Alfaguara u otra editorial,
pondrán a su disposición sus imprentas para que estas obras lleguen a más
público latinoamericano; e incluso podrían traducirse a otros idiomas, para
mayor difusión.
El equilibrio entre maldad y bondad, como señala
el crítico antes mencionado, dan en el relato, una razón de su existencia, de
su explicación e incluso de su justificación, a lo largo de la humanidad.
Le animo a seguir adelante y a que siga haciendo
patria a través de las letras.
Un abrazo.
Atte.
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