En La ciudad de Cojutepeque, existen
tres parques, y aunque estos poseen nombres muy bien definidos, la población
los identifica llanamente como: “El
Parque Central”, “El Parque Viejo” y “El Parque Alamedas”. De los tres, vale
la pena detenerse a reflexionar sobre la curiosa estructura artística del Parque las Alamedas. Es necesario destacar
que, fue construido durante la administración del Presidente Pio Romero Bosque
e inaugurado por él, en el año de 1930. Todo buen cojutepecano, sabe que se
compone de dos imponentes naves, ubicadas al oriente y al poniente del final de
la sexta venida sur; existe además una tercera plaza que se encuentra al sur de
la nave del lado poniente, la cual fue remodelada, anulando su estilo neoclásico;
en ese lugar se ubican, un conjunto de chalets en donde se venden refrescos y pupusas.
Al detenerse a interpretar el
diseño de su arquitectura, fácilmente se advierte que su creador además de ser
un dedicado constructor, extendió su visión a la creación de un enorme
monumento, del cual se pueden deducir aspectos de la sublime inspiración de un
soñador artista; quien en su afán por construir su obra se esmeró en embellecer
la larga avenida, para impresionar al visitante que recién ingresara a la
ciudad. El Primer aspecto que, debe valorarse en la creación artística es la
forma de sus naves. En la del lado poniente, su elevada parte norte, termina en
una punta, la cual simula la proa de un barco, navegando libre, en un océano de
fantasía, tras de esta, se yergue la nave del lado oriente, como siguiendo el
imaginario recorrido sobre las aguas. Los contornos de los enormes barcos son
adornados por una bella balaustrada, la cual es
interrumpida por torres y pilares cuadrados intercalados alrededor.
El artista no agotó su inspiración
en esos detalles, y en su labor de creación, elaboró en el interior de cada
nave, un ambiente especialmente diseñado, para que las familias que lo
visitaran sintieran la sensación de encontrarse en un lugar acogedor, pues su
interior aun hoy en día es flanqueado por algunas bancas de cementó de estilo neoclásico
que, se encuentran desde su inauguración.
Las verjas internas, que dividen
lo que eran sus jardines, están simuladas por largos troncos y tablas,
elaboradas en cemento, las cuales han soportado valientemente la embestida de
todo el masivo deterioro que han sufrido, debido a la negligencia y su perenne
abandono. El artista que afanosamente construía esas verjas en 1930, deseoso
que perduraran en el tiempo, dedicó esfuerzos en ornamentos especiales en su elaboración,
y cualquier buen observador puede disfrutar los detalles en los que deja
claramente la interpretación, para que el visitante imagine que las verjas, fueron
construidas con los troncos, de un bosque de imaginación, el cual fue talado y su
madera fue preparada y colocada adecuadamente, por un afanado leñador, quien
habiendo terminado su faena, dejó su hacha olvidada, sobre uno de los troncos. Aunque
también podríamos interpretar que, el leñador imaginario, dejó el hacha
intencionalmente, para que en el futuro se siguiera perpetuando su labor
creativa. En ese sentido, podríamos interpretar la intención, de la siguiente manera:
- - Ahí te
dejo el hacha, para que con ella, procures seguir la labor de proteger, los
jardines de tu parque…
Sin embargo, por hoy el Parque las Alamedas, es uno de los
lugares que representan un símbolo penoso de abandono, que sufre un sistemático
deterioro a pesar de ser, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad; y
su deterioro no es solamente provocado, por los elementos, sino por la manera equivocada en la que se le ha
comprendido de parte de las autoridades locales; pues de todos es conocido que se
ha convertido en una plaza desordenada de ventas informales; sin que exista
control y regularización. Cualquier visitante puede llevarse la lamentable impresión
que, es un lugar inseguro e insalubre, el lado norte de la nave poniente se ha
convertido en un urinario al aire libre, de donde emana un
insoportable hedor y la destrucción de su bella estructura es una constante indetenible.
Pues aquello que no se comprende, simplemente se destruye.
El futuro de ese bello monumento
es incierto, y no será sorpresa, si la solución a su grave deterioro sea simplemente
remodelarlo completamente y de esa manera se fulmine de un tajo, su bello arte.
O en vista de haberse convertido en un predio baldío, las autoridades lo
entreguen, en concesión a una multinacional, para construir un restaurante de
comida rápida, o un enorme supermercado.
Entonces cabe una tercera interpretación
sobre el hacha olvidada por el leñador. Podríamos imaginar que ante la penosa situación
en la que se encuentra el monumento; el leñador vuelva en una madrugada fría, y
se lleve su hacha, alejándose cabizbajo hacia el norte, sobre la sexta avenida,
mientras suavemente susurre.
- - Total,
nunca se dieron cuenta de tu existencia. Ahora que ya no estás ahí, a nadie le
importara.
Comparto la preocupación por el poco interés a las obras de los que nos antecedieron en Cojute, otro ejemplo de la poca visión, es el de la construcción sin sentido de armonía en nuestro cerro de las pavas.
ResponderEliminarMe gustaría y seria un placer que participaran de las reuniones sobre el proyecto de reparación y remodelación del Parque Las Alamedas, que es un proyecto financiado por Alemania, bajo la direccion del fISDL, donde quien manejara dicha ejecución seran las comunidades... Así, podrían obtener de primera mano como esta la situacion y pues que mas entrevistar a las personas destinadas para dicho proceso.
ResponderEliminarDonde y cuando se reunen, me gustaria participar como un elemento activo de la comunidad y de la sociedad civil.
EliminarCierto diputado tiene en mente agregar a la triste situación de las alamedas una construcción que acabaría por deteriorar su infraestructura. Es deber de todo un pueblo pronunciarse en contra de ese proyecto y a la vez exigir que el dinero que piensan invertir en ese adefesio populista, sea utilizado para rescatar dichos parques que se encuentran en total abandono. Que el pueblo juzgue...
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