El Cerro de las Pavas, es uno de los
centros de peregrinación católico más importantes del país, cada año recibe a
un buen número de devotos a la Virgen de Fátima y turistas de toda
denominación. Desde sus cuatro puntos cardinales, se pueden observar lagos, ciudades,
volcanes y hasta el manto sereno del océano pacifico. La diversidad de su flora
es grandiosamente rica y su tímida fauna, puede ser apreciada ocasionalmente.
Desde hace muchos años atrás, la calle del Cerro de las Pavas, es la pista de
entrenamientos de atletas famosos a nivel nacional e internacional que pusieron
en alto el nombre de nuestro Cojute; como es el caso de los hermanos Pellejas,
los Cojutes, León Lara, etcétera. Hoy en día no es raro encontrar entrenando
fuertemente, a las futuras promesas del atletismo local. Por la mañana y antes
que salga el sol, un buen número de personas entre jóvenes y viejos, suben a su
cima a correr o simplemente a caminar, para experimentar su aire balsámico, y
romper medicinalmente las cadenas del stress y la rutina de la ciudad.
No hay un cojutepecano de
corazón que, no haya invitado a su novia
a subir a la cima del cerro por el camino zigzag, por el que se debe caminar lento y con prolongadas estaciones de retozo,
en los recodos del camino. Y podría
asegurarse sin exagerar que, un buen número de cojutepecanos de las nuevas
generaciones, fueron engendrados, subiendo dicho camino. El cerro de las Pavas
ha sido confidente de emotivas declaraciones y dramáticas rupturas de amor. Sin
dejar de mencionar que también ha sido mudo testigo, de tremendas escenas
provocadas por el descubrimiento de
infieles, en pleno acto sexual, dentro de vehículos estacionados en algún tramo
de su silenciosa calle.
En el Cerro de las Pavas existen
lugares simbólicos, como lo son “El Palo Loco”, el cual es un árbol de Amate,
cercano a la cruz calle de la cima, en donde se dice que, bajo su sombra y
durante la época hippie de las décadas sesenta y setenta, se reunían los amigos
a manufacturar puritos de marihuana, para ponerse a tono con el paisaje. Se encuentra
también “El camino de los Gatos”; este es un camino formado por una angosta
senda, que por su aguda inclinación se dice que solo los gatos pueden bajar por
él, este camino es otro histórico sendero, por ser un confidente fiel, de las
parejas sedientas de pasión, que terminan consumando el acto en algún recodo de
su trayecto. Cuentan algunos viejos cojutepecanos que aun lado, del recorrido del
Camino de los Gatos, había una planta de nopal, la cual era conocida como
“Roberto”, ese nombre se lo ganó por la razón que, alguien había escrito sobre
una de sus pencas el nombre “Roberto”, lo más probable que se hizo eso, cuando
la planta aún estaba pequeña, y esta al crecer llego a medir cerca de cinco
metros; cualquier buen observador que mirara, hacia arriba podía contemplar
una solitaria penca, que era la más alta
de su copa, en la cual sin mucho esfuerzo se podía leer el misterioso nombre “Roberto”.
A pesar de ser un grandioso lugar,
para pasarla bien, disfrutando de su bosque, por ahora no existen iniciativas
municipales, para proteger su fauna y su flora. Lamentablemente sus sendas y
caminos se han convertido en basureros al aire libre. No hay labores de
prevención, para evitar desprendimientos de tierra en época de lluvia. Tampoco
existe control con respecto a la carga de vehículos pesados (autobuses) que contamina
y fragilizan su entorno en ciertos periodos del año, a pesar de que es
considerada un área protegida.
Un buen cojutepecano sabe, que subir
al Cerro de las Pavas es una experiencia gratificante y la visita a su cima, se
puede hacer solo o acompañado. El cerro es nuestro refugio, nuestro símbolo y
sobre todo nuestro pulmón. Merece que lo cuidemos. No permitamos más deterioro.
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ResponderEliminarAhhh nuestro amado Cerro de Las Pavas, cuidemos por favor!
ResponderEliminarNo lo tengamos como basurero!
Ahí corren muchos atletas y pocos atletas lo han limpiado, hay tantos recuerdos de amores y hasta chicharrones que les metí a los Comandos y Soldados del DM5!
Me imagine cada tramo del cerro jajaja, aunque nunca he visto a Roberto el arbol legendario. No soy originario de cojute, y en el pasado lo conoci como un area de peregrinacion rutinario, sin embargo este lugar guarda una atmosfera magica que va mas alla de ello. Cojute es un lugar hermoso.
ResponderEliminarPienso que se puede hacer mucho más respecto al cuido de nuestro Cerro hay muchas iniciativas o aún gestiones que se pueden hacer con cooperantes con el JICA de Japón ya que ellos aportan mucho para áreas protegidas, lo que también pasa por educar a nuestra gente y cambiar las políticas y ordenanzas locales para el cuido y respeto al entorno ambiental de la zona.
ResponderEliminarEs lamentable que desde la decada de los 70 hacia aca, han proliferado viviendas y muy bien construidas y caras, de familias pudientes con pasados o nexos en las alcaldias de turno.
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